“A la sombra del salmo ha estado viviendo el hombre muchos siglos…” escribe León Felipe, en sus
versos de honor al salmo fugitivo, al salmo que huye de la prisión en la que pretenden enclaustrarlo
sanedrines, sínodos y consistorios, al salmo que peregrina hacia su matriz original: la poesía. Esta
antología, magistralmente compilada por Leopoldo Cervantes-Ortiz, con un título, El salmo fugitivo,
que tanto evoca a ese gran poeta del exilio español en América, es un reflejo de la crucial importancia
que la religiosidad, como salmo de fe, esperanza, duda, rebelión y clamor angustiado, reviste en la
poesía latinoamericana contemporánea. Desde su primera edición (2004), esta antología ocupa un
lugar privilegiado por diversas razones:
1) Provee pistas únicas para seguirle los pasos a los encuentros amorosos, con frecuencia clandestinos,
de la poesía y la religiosidad por los senderos de nuestros países latinoamericanos.
2) Es una obra de impresionante y poco común talante ecuménico, libre de las restricciones
confesionales que con tanta ansiedad defienden las instituciones eclesiásticas.
3) Abarca la amplitud de nuestro continente, desde el Río Grande, en el norte, hasta la Tierra del
Fuego, en el sur.
4) Nos permite percibir la rica variedad de enfoques, perspectivas y estilos líricos con que la poesía
latinoamericana enfrenta la religiosidad y su intrincada red de espiritualidad, símbolos, creencias y
ritos. Esas virtudes se acrecientan en esta nueva edición, aún más amplia y abarcadora, de mayor
caudal ecuménico y poético.
Este es un texto indispensable para quienes, como este agradecido lector, no cesamos de admirar la
creatividad poética de nuestros pueblos, ni sabemos poner fin a nuestro apasionamiento por los enigmas
perennes de la existencia humana, la fuente inagotable del sentimiento religioso. En un lugar clave de
su obra maestra, Los pasos perdidos, Alejo Carpentier vislumbra cómo en los orígenes de la
historicidad humana, al captarse angustiosamente la fragilidad de todo lo que confiere sentido y valor a
nuestra existencia, surgen simultáneamente, como clamor de queja, protesta y esperanza, la poesía, el
himno y el salmo. Leopoldo Cervantes-Ortiz recorre, como nadie en nuestras letras continentales, los
pasos perdidos de ese clamor. Quedamos todos en deuda con este excepcional intelectual, literato y
teólogo mexicano, quien en su propio espíritu creador sabe que, para citar nuevamente a León Felipe,
“el poema es un grito en la sombra, como el salmo...”.
MINISTERIOS CRISTIANOS
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POESIA
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