Los tesalonicenses aceptaron de buen grado la palabra de Dios cuando Pablo, Silas y Timoteo llegaron a Tesalónica. Sin embargo, los judíos incrédulos alborotaron la ciudad contra los misioneros, quienes tuvieron que salir intempestivamente, dejando atrás una pequeña manada de ovejas aún tiernas en su fe.
Pablo se quedó preocupado por los hermanos, y envió a Timoteo para animarlos y averiguar su estado de ánimo. Timoteo trajo un buen informe, pero también observó algunas deficiencias en la fe de los creyentes. Los problemas eran de índole teológica y práctica. Pablo escribió para corregir esos problemas y para consolarlos y animarlos en medios de sus sufrimientos. Además, hizo mucho hincapié en la necesidad de poner en práctica las enseñanzas bíblicas en la vida diaria.
El estudio de estas dos cartas es muy relevante en la actualidad, porque vemos un aumento de persecución en el mundo. Pero sólo Cristo nos fortalece en medio de los sufrimientos, y nos libra de la ira venidera.
0
0 opiniones