El pueblo de Dios debe estar esperando la venida de su Hijo. El cumplirá las promesas que Dios nos ha hecho. Sin embargo, cuando fue a Israel, el pueblo no estaba listo. Conocieron parte del plan divino, pero querían que Cristo se conformara al suyo. Al no cumplir sus deseos, lo rechazaron. Por lo tanto, perdieron las bendiciones prometidas. No estaban listos para recibirle y someterse a Él. ¿Y qué de nosotros? ¿Le reconocemos como nuestro Mesías y Salvador? ¿Nos encontrará esperándole conforme al plan divino? ¿Estamos listos para Su regreso?
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