Éste es el relato del testimonio de una mujer que después de un mal matrimonio se ve obligada a regresar a la casa de sus padres con sus dos hijos pequeños en sus brazos y uno en su vientre. En casa de sus padres, encuentra un clima de hostilidad tanto por parte de sus hermanos como por parte de su propia madre, especialmente por la presencia de los niños. Ese ambiente de hostilidad crece día a día, llega a tal punto que ella ve como única opción, irse de allí. Sin decir una palabra, y dejando solamente una carta sobre la mesa de su habitación, sale de madrugada sin saber a dónde irá. Alejada de sus familiares, y viéndose en una situación de miseria y desesperación, ella entra en profunda crisis de depresión. Cuando todo parecía perdido a los ojos humanos, y no se podía vislumbrar ninguna luz al final del túnel, el socorro vino del cielo. Dios envió un ángel.
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