Le piden a Jesús mediar en la disputa de una herencia, pero él utiliza el conflicto divisorio de los hermanos para afirmar los ideales eternos de sus Bienaventuranzas, las cuales pronunció en el Sermón de la Montaña. Jesús enseña al equivocado hermano a perdonar y amar a su hermano. Todo el que siga a Jesús debe aprender que lo que poseemos tiene poco que ver con lo que somos. A través de la parábola de la casa construida sobre una piedra se enfatizan importantes ideales de administración y preparación.
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