Que pueda existir en la vida real una iglesia como la presentada en este libro es poco menos que increíble si no viniera avalada por la firma de un hombre tan experto y tan autorizado en el tema como Joel Comiskey. La historia de la iglesia ELIM en el Salvador y su crecimiento espectacular, es tan fuera de lo común que parece sacada de un cuento de hadas. Comenzó en mayo de 1977, con diecisiete personas, cuatro parejas y una persona soltera. Soporto una guerra civil que mató a más de setenta y cinco mil personas y un terremoto masivo que devastó la nación segando la vida de cien de sus miembros. Sin embargo, su estrategia celular bien planteada y bien dirigida ha hecho posible que hoy, superando la cota los 117.000 miembros distribuidos en 8.600 células, extienda sus ministerios a través de las ondas y se expanda a otros países. El objetivo de Joel Comiskey en este libro es demostrar que el éxito experimentado por la iglesia ELIM en el Salvador es posible para muchas otras iglesias en todo el mundo aplicando a las mismas una estrategia celular adaptada a sus necesidades. El libro no desvela claves secretas no propone fórmulas mágicas de crecimiento rápido ni facilita recetas de éxito instantáneo. Simplemente describe con detalle lo hecho hasta ahora por ELIM y demuestra que su éxito no tiene otro fundamento que su pasión por Jesús, su persistencia en los fundamentos de una iglesia celular y su labor evangelizadora mediante la multiplicación de células por toda la ciudad, algo extrapolable a cualquier otra iglesia. Al respecto, el pastor Noé Salinas, del Centro Mundial de Oración en Monterrey, México, comenta: «Conozco la iglesia Elim desde 1992, y para mi ha sido la respuesta de Dios a mi gran deseo de relacionarme con personas genuinas, sencillas de espíritu y con pasión real por la salvación de almas. Las cifras que la iglesia Elim maneja son auténticas, pues así lo demuestran sus magnas reuniones. Su sistema celular es unificador u vigoroso. Aún en circunstancias adversas y contra todo pronóstico ha tomado el liderazgo en el Salvador ejerciendo una fuerte influencia evangelizadora en el mundo. En mi agenda anual, siempre reservo una semana para visitarles y refrescar mi visión»
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