Nuestra sociedad, desde los años setenta, ha sido muy permisiva en cuestiones sexuales. La edad de iniciación sexual es cada vez más baja. Nuestra sociedad ya no ve el sexo fuera del matrimonio como lo que realmente es: un «pecado». Por lo tanto, si antes no se hablaba del tema con los adolescentes, hoy sí lo debemos hacer, y con urgencia. Esto ayudará a que los cristianos afronten esta etapa con conocimiento. Utilicemos medicina preventiva para no lamentarnos de problemas qye se podrían haber evitado.
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