En este libro, la autora sugiere que para saber cómo relacionarnos miremos a Jesús. Él era el tipo de persona que invitaba a los demás a cenar, iba a donde había gente y era absolutamente encantador. Se preocupaba por construir relaciones con un sentido de familia y entablaba rápidamente relaciones de amistad porque era accesible.

Jesús era amado por los niños, impresionaba a los adultos, era profundamente compasivo y no tenía miedo de mostrar esto, por ello no disimuló sus lágrimas.

Dios envió a un humano, su hijo, para comunicar el mensaje. Ahí tenemos el modelo para relacionarnos con el mundo.Debemos relacionarnos de forma sincera y tranparente con los otros, porque así es como Dios se relaciona con nosotros. Jesús se relacionó de dos maneras: Identificándose radicalmente con los hombres y diferenciándose radicalmente de ellos.

En resumen, Rebecca Pippert presenta el evangelismo como una manera de vivir, y no simplemente una obligación del cristiano. El libro está lleno de consejos prácticos para compartir, narra sus experiencias dentro del mundo estudiantil y da buenas herramientas para acercarse a la gente no cristiana.