Imagínese una cancha de tenis sin red, o un campo de fútbol sin delimitar. Imagínese una partida de cartas en la que se pueden mirar las barajas del contrincante, o una ronda de golf en la que puede tomar la pelota y arrojarla con la mano. Las competencias sin reglas no funcionan. Sin embargo, cuando los matrimonios pelean, casi siempre se propinan golpes bajos, sin que nadie haga sonar el silbato. Con dos décadas de experiencia docente, y extrayendo sus ideas de la verdad bíblica, Tim y Joy Downs nos muestran lo que dicen las Escrituras en materia de manejar desacuerdos.
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