A principios del último tercio del siglo pasado, unos vecinos de Iznatoraf (Jaén) mandaron una carta a Madrid para pedir a "Don Cipriano de Valera" nuevos libros como el que había transformado sus vidas.
La inesperada y extraña carta, explicaba que todo había empezado con la llegada de un vendedor ambulante de Biblias y el cambio que, la simple lectura del Evangelio de San Lucas, obró en el hombre más inmoral y sacrílego del lugar.
Hoy no son tan desconocidos los reformadores andaluces. Con todo, podemos afirmar que el tema de este nuevo libro de la Biblioteca de Cultura Andaluza es una de las "asignaturas pendientes" que tenemos los andaluces y constituye una página olvidada de nuestra Historia y Literatura.
En la actualidad, unos veinticinco mil hijos de esta tierra se declaran cristianos, sin otro Fundador y Maestro que Jesucristo, y "herederos de aquella reforma del siglo XVI, que apuntó gloriosamente en nuestra patria y por lo cual murieron o sufrieron destierro varones tan esclarecidos como Valdés, Valera, Ponce de la Fuente, Cazalla, Juan Pérez, Losada, Seso y tantos otros".
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