Tal vez nos hayamos hecho esta pregunta los domingos al deslizarnos fuera de la cama por un sentido del deber. O quizás eso de abandonar la cama es ya una cosa del pasado, y hace tiempo que la misma pregunta se ha convertido en la respuesta: ¿Para qué tomarse la molestia de pertenecer a una iglesia?
Como reacción a esto, el periodista y escritor Philip Yancey, nos presenta algunas instantáneas de lo que constituyó su peregrinaje al alejarse de la iglesia y posterior retorno. Por haber crecido en una congregación fundamentalista muy estricta en Georgia, Yancey conoce de cerca las diferentes razones que esgrime la gente para abandonar la iglesia. Muchas de ellas fueron precisamente las razones que lo mantuvieron alejado a él, hasta considerar más profundamente el tema de lo que es la iglesia en realidad.
En un relato casi cándido, pero que invita a la reflexión, Yancey revela sus motivos para iniciar el regreso desde el escepticismo hacia una participación completamente comprometida en la labor de la iglesia. También contrapone las fallas humanas que encontramos dentro de la iglesia a la irrefutable excelencia que muestra como cuerpo de Cristo.
En una época y momento en que muchos cristianos confiesan ser "creyentes que no pertenecen", necesitamos un mensaje como el de Philip Yancey sobre su descubrimiento de la belleza y bendición que implica ser parte de la comunidad de los "creyentes que pertenecen".
Philip Yancey es editor general de la revista Cristianity today. Ha escrito once libros premiados con la medalla de oro, entre los que figuran: La Biblia que leyó Jesús y El don del dolor. Sus libros el Jesús que nunca conocí y Gracia divina vs. condena humana también recibieron premio como libro cristiano del año. Además, es autor de Alcanzando al Dios invisible entre otros.
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